Algunos no pueden divertirse como no sea a costa de las Escrituras; si quieren jolgorio, ¡el tema de sus discursos ha de ser los san-tos!; su anhelo es hacer burlas profanas sobre la Palabra de Todopoderoso; su pasatiempo preferido es éste mientras van bebiendo cerveza en la taberna.Un propagador moravo se vendió a la esclavitud para ganarse el